Como ya sabéis, durante la gestación se producen muchos cambios en nuestro cuerpo y es donde embarazo y suelo pélvico van ligados de la mano en esos cambios.
Durante el tiempo que estamos embarazadas esos nueve meses exigen un mayor esfuerzo físico que tiene su culminación en el parto. Una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre con todos estos esfuerzos físicos es, sin duda, el suelo pélvico.
Es la musculatura que soporta a los órganos que se encuentran en la zona inferior de la cavidad abdominal. En concreto, y los principales, son el útero, la vejiga y también el recto. Además del cambio de tamaño del útero para que pueda albergar el saco amniótico con el líquido los otros órganos se desplazan para dejar sitio a la placenta y al bebé. Todo ello, unido al peso, hace que la musculatura de la zona pélvica tenga que realizar un sobreesfuerzo para soportarlo.
La relaxina en el embarazo y suelo pélvico
Pero además la relación entre embarazo y suelo pélvico se completa con una hormona llamada relaxina, que ayuda a que la musculatura y los ligamentos sufran una distensión que facilite al cuerpo a la adaptación a los cambios. Esta relajación debilita la musculatura y de ahí la importancia de ejercitar durante y después del parto el suelo pélvico.
Es por ello que debes consultar con tu matrona los ejercicios que van a ayudarte durante el parto a fortalecer esa zona. El pilates es una ayuda, pero siempre con un control por parte de los especialistas. También realizar gimnasia hipopresiva puede ser una ayuda, pero lo importante es que tengas claro que debes ejercitar tu suelo pélvico. Y más si has tenido embarazos múltiples.
Por todas estas cosas es conveniente que te plantees realizar un tipo de gimnasia para embarazadas que esté orientada a la zona pélvica. Además de ejercicios que puedan ayudarte en el parto.
Para las ecografías, ya nos encargamos nosotros 🙂