Recuerda que la alimentación juega un papel esencial en tu recuperación. Ahora debes comer más que durante el embarazo: has sufrido un fuerte desgaste físico, y has perdido sangre, y tienes que recuperarte.
Tu dieta deberá ser rica en proteínas (carne, pescado, huevo…), que ayudan a cicatrizar, y en líquidos y fibra (cereales integrales), porque al estar más recostada de lo habitual el tránsito intestinal puede resentirse.
Es fundamental tomar suplementos de hierro. Toma un comprimido por la mañana acompañado por un zumo de naranja o un kiwi (la vitamina C ayuda a asimilar mejor el hierro).